Medusas: mitos y realidad
dUno de los riesgos a los que nos enfrentamos todos los veranos en la playa es el de la presencia de medusas cerca de los bañistas. Quien más y quien menos ha sufrido alguna picadura de estos animales, y es que es una de las razones más frecuentes para acudir al médico en los meses de más calor. Las picaduras de medusa suelen ser algo dolorosas pero sobre todo muy molestas, dependiendo también del lugar en el que nos rocen: no suelen ser episodios muy graves, aunque excepcionalmente puede aparecer una reacción alérgica severa.
¿Dónde están las medusas?
Las medusas suelen llegar a las playas arrastradas por los temporales de levante, ya que ellas viven en bancos unas millas mar adentro (cuidado si te bañas en alta mar). A través de la web de Cruz Roja Española, de los avisos que se colocan en las mismas playas y de algunas apps como MedJelly, desarrollada por investigadores del CSIC y la Mediterranean Science Comission, podemos saber si es seguro o no bañarse en la playa en relación a la presencia de medusas.
En caso de que un banco de medusas llegue a las cercanías de la costa se suele instalar una red de contención con la que se las mantiene alejadas de los bañistas. En este caso tampoco es totalmente seguro bañarse, ya que la red contiene a los animales, pero alguno de sus tentáculos puede llegar hasta nosotros y picarnos de igual manera (la picadura se produce por contacto accidental).
Las medusas presentan unas células urticantes que contienen en su interior un veneno: su picadura se produce por contacto cuando están intentando cazar o defenderse. Los síntomas que aparecen tras una picadura de medusa son dolor en la zona afectada, ardor, inflamación o enrojecimiento de la piel y un posible sangrado. Lo primero que debemos hacer es limpiar la zona de la picadura con suero fisiológico o agua de mar (nunca con agua dulce, ya que podría hacer que las células urticantes se rompan y se extienda la picadura) y colocar hielo (no de forma directa, sino a través de un paño o una toalla) durante al menos 15 minutos. En el caso de que algún tentáculo o una parte de la medusa haya quedado adherida a nuestra piel deberemos retirarla con unas pinzas, nunca con las manos para evitar extender la picadura. Si es posible debemos acudir al puesto de atención médica o al socorrista más cercano.
Los profesionales de la salud que nos atiendan podrán administrarnos un antihistamínico que modere la reacción alérgica y un analgésico para el dolor. Debemos recordar que, aunque nos pique, debemos intentar no rascarnos con las manos, con toallas ni con arena. En caso de que el dolor vaya en aumento o de que observemos que la reacción alérgica aumenta con el paso del tiempo es importante que acudamos de inmediato a un hospital.
El dolor intenso por la picadura suele durar entre treinta minutos y una hora, y los síntomas de la picadura remiten en un plazo corto, generalmente de no más de tres días.
Los mitos sobre las picaduras de medusas
Quizás el mito más extendido a la hora de hablar de las picaduras de medusa y cómo curarlas sea el de que se tiene que orinar encima de la zona afectada para mitigar el dolor. La web oficial del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino desaconseja totalmente el uso de vinagre, amoniaco u orina sobre la herida de una picadura de medusa ya que, lejos de mejorarla, lo más probable es que empeore aún más la situación.
Otro de los “remedios caseros” que podemos haber escuchado en relación a las picaduras de medusa es que, para que dejen de picar, lo mejor es enterrar la parte del cuerpo en la que hayamos sufrido la picadura en la arena de la playa. Pero tampoco es un buen consejo, ya que puede llegar a infectarse y empeorar su estado.
Como siempre, lo más aconsejable es aplicar los primeros auxilios (lavar con agua salada y aplicar hielo) y acudir al socorrista o puesto de atención médica más cercano para que sean los profesionales de la salud los que puedan velar por nosotros en estas situaciones.
Después de la fase aguda…
Una vez ya se ha resuelto la fase aguda, la picadura que molesta y duele, se recomienda proteger muy bien la zona con factor de protección 50 para evitar que la zona que ha estado inflamada y afectada se pigmente con el sol. Además, es positivo aplicar por la noche un producto regenerador cutáneo como el aceite de rosa Mosqueta.
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