11 consejos para disfrutar del sol sin riesgos
Con la llegada del verano los días se hacen más largos y por lo tanto, aumenta el tiempo que pasamos al aire libre y la exposición al sol. El sol puede tener grandes beneficios para la salud: equilibra el sistema nervioso, tonifica los músculos y combate el cansancio, la depresión y el estrés. Pero debe tomarse con precaución. Hay que exponerse al sol con mesura y tomando unas prevenciones mínimas de seguridad para evitar que sus beneficios pasen a convertirse en inconvenientes para la salud de nuestra piel.
Los rayos solares en pequeñas dosis favorecen la formación de la vitamina D en nuestro organismo, ayudan a combatir los problemas de falta de calcio en los dientes y huesos y, en general, revitalizan la piel, y el cuerpo. Sin embargo, una mala exposición a las radiaciones solares puede ser muy perjudicial para nuestra salud. Muestra de ello es que cada vez hay más casos de cáncer de piel o melanomas, que se podrían haber evitado tomando las precauciones mínimas y necesarias. Como dice el doctor Ignacio Ferrando, director de Programas Médicos de Sanitas, “el error más común lo solemos cometer cuando, al vernos ya morenos, dejamos de aplicarnos la crema protectora. Las radiaciones siguen siendo igual de perjudiciales para la piel por muy bronceados que estemos”.
Por ello, el doctor Ferrando insiste en la importancia de exponernos a los rayos solares de manera gradual. La primera exposición deberá ser de alrededor de diez minutos, tiempo que iremos aumentado poco a poco en posteriores exposiciones. Utilizar las cremas adecuadas a nuestro tipo de piel, aplicarlas como mínimo media hora antes de exponernos al sol, renovar su aplicación después de cada baño o cada dos horas, son varios de los consejos que debemos seguir para prevenir los males del sol.
Piel sana, piel bella
El cuidado de la piel es fundamental, no sólo por estética sino también por salud. A nadie le gusta sufrir las antiestéticas manchas solares y, mucho menos, ver cómo las arrugas cubren nuestro rostro antes de tiempo a causa del envejecimiento cutáneo prematuro. Dos de las consecuencias de exposiciones indiscriminadas e inadecuadas al sol, por no hablar del cada vez mayor número de personas que padecen cáncer de piel.
Los expertos llaman la atención sobre el riesgo que supone el exponerse incorrectamente a los rayos del sol y afirman con rotundidad que la persona que antes de los 20 años ha sufrido cinco quemaduras solares o más, tienen un riesgo muy alto de sufrir un melanoma. De ahí la importancia de poner en marcha toda la prevención a nuestro alcance para evitar cualquier riesgo innecesario.
Once consejos para disfrutar del sol sin riesgos
Para ponernos morenos sin necesidad de pasar por el mal trago de las quemaduras, sólo hay que seguir estas prácticas y sencillas recomendaciones:
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Usar un protector solar con un factor de protección 15 como mínimo, que deberá extenderse media hora antes de exponernos al sol y renovar su aplicación cada vez que salgamos del agua o cada dos horas, sin olvidarnos de extenderlo por las zonas más delicadas (cuello, hombros, pecho, orejas…).
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Si tenemos la piel muy blanca lo ideal es usar un factor de protección 30 ó 40.
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Evitar la exposición en las horas de mayor intensidad, desde las 12 del mediodía hasta las cuatro de la tarde.
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Usar gafas de sol que tengan un 100% de protección UV para proteger los ojos de la luz solar.
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Utilizar ropa holgada que nos permita sentirnos frescos al dejar circular el aire entre nuestro cuerpo y el exterior, aislándolo del calor.
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Procurar beber muchos líquidos, especialmente en el caso de niños y ancianos. En verano debemos multiplicar la cantidad de agua que bebemos, de 2 a 4 litros diarios.
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No exponer a los menores de cuatro años al sol y, en caso de hacerlo, protegerlos siempre con un gorro, esté el día despejado o no. No hay que olvidar que su piel es mucho más vulnerable a los efectos nocivos del sol que la de una persona de mayor edad.
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Debemos evitar la ingesta de remedios fotosensibilizantes antes de exponernos al sol, como los diuréticos, anticonceptivos y antinflamatorios, ya que pueden producir manchas en la piel.
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No aplicarnos perfumes ni cosméticos al tomar el sol, ya que también pueden provocar manchas.
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Usar más protección solar cuando nos encontremos cerca de superficies reflectantes, como el agua, la nieve o el hielo, y secarnos bien con la toalla tras cada baño.
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Los días nublados, no hay que bajar la guardia ni dejar de usar protección. Muchos casos de quemaduras se producen en estas jornadas.